11/08/06

De porte aristocrático


Es tu andar sereno
y tu porte aristocrático.

Tu menudo cuerpo
del cincel de Miguel Ángel,
pluma de ganso
que baila a la melodía del viento
con pasos rectos de flamenco.

Sonrisa de Monna Lisa,
misteriosa, pícara y cómplice.


Tus almendrados ojos sumisos
tan tiernos y juguetones,
que al ver acarician,
que al contemplar aman.

De semblante inocente e ingenuo,
a tu paso se te rinden las flores
inhalando la fragancia de tu piel.

Dame tus delicadas manos
de fresco y suave cristal,
dejemos correr los años
y amémonos sin final.

Partida


Llegaste a mí como invisible viento,
fuiste suave sombra en mi piel arena de mar,
un resquicio de luz por mi ventana.

Quedaste en mí como fragancia en el sándalo,
como el calor en el fuego,
como el canto en un pájaro.

Y partiste en el relámpago de un trueno,
en el ocaso de un día nublado,
en las muertas hojas de otoño.

Alas de águila


Sobre tus ojos, alas de águila
que vienen del confín del viento
y van hacia el infinito.

La luz de luna de tu mirada
ilumina mis noches tristes
y me hace ver las estrellas.

Tu voz, coro de pajarillos
de melodioso contenido
da paz a mis sentidos.

Tus pasos cortos y apresurados,
cuyos tacones rezuman añoranza
de encuentros, ausencias...desenlaces.

Tímidos tus movimientos,
pétalos mecidos por el viento.
Repósate en el suelo de mi regazo.